En plena transformación del mundo del trabajo nos ha sorprendido la pandemia del Covid-19. Ahora, a los avances tecnológicos, la ecologización de nuestra economía a causa del cambio climático y la evolución demográfica, se une la crisis provocada por el Coronavirus.
Ante este escenario, podemos decidir mirar al futuro con miedo o afrontarlo de frente, con optimismo, pensando que esta pandemia puede servirnos de punto de inflexión para acelerar los cambios necesarios y recordar que, como expuso Victor Hugo en Los Miserables , “Todas las situaciones críticas tienen un relámpago que nos ciega o nos ilumina”.
Pensemos por ejemplo que la actual crisis ha permitido que nos adentremos en la economía digital. Hemos podido comprobar que el teletrabajo es posible y que se puede mejorar, así como que permite ofrecer una mejor conciliación laboral y familiar, siempre que se respeten las jornadas laborales.
Además, el comercio local también ha comenzado a trabajar en red, ha implantado con éxito la venta on-line y el reparto a domicilio, y ha hecho uso de nuevas plataformas como la implantada por la Concellería de Promoción Económica e Turismo de Pontevedra, denominada #PonteLovers, con la que se pretende apoyar y fomentar la recuperación de las pymes locales y el comercio y la hostelería de cercanía.
Esta forma de trabajar, que parecía impensable hace dos meses, nos ha servido para abrir el camino hacia las nuevas tecnologías y de nosotros depende seguir avanzando en este sentido para la mejora de la gestión y la productividad de las empresas.
Por otra parte, esta pandemia nos ha demostrado con crudeza, que el cambio climático unido a la globalización constituye una amenaza real que hace peligrar nuestra salud, nuestra economía y nuestra forma de vida. Numerosos científicos han declarado que el calentamiento y la destrucción de los ecosistemas provoca el aumento de enfermedades. Sobre este tema yo destacaría la entrevista realizada por el diario El Confidencial al profesor de investigación del CSIC, Fernando Valladares, en la que manifestó: “la biodiversidad, un sistema natural rico en especies, nos protege; su degradación nos amenaza.” Aqui os dejo el enlace.
Es por esta razón que la economía verde ya no es una opción, es una inaplazable necesidad que nos permitirá crear un futuro mejor y más sostenible. Además, de esta economía surgirán nuevas oportunidades de empleo en el ámbito de la energía renovable, la construcción y el acondicionamiento medioambiental sostenible.
Por último, otro factor a tener en cuenta en la transformación del mercado de trabajo es el envejecimiento de la población. La Comisión mundial sobre el futuro del trabajo ha hecho un llamamiento en favor del envejecimiento activo como medida para que los mayores puedan seguir trabajando a través de medidas flexibilizadoras de la jubilación con la finalidad de que puedan ayudar a enriquecer nuestra sociedad con sus conocimientos y experiencia.
Así mismo, del envejecimiento de la población surge también la economía de los cuidados, la cual crece a medida que aumenta la demanda de cuidado de menores, mayores y dependientes. Según la OIT en el futuro se podrían llegar a generar más de 475 millones de empleos en todo el mundo.
En definitiva, si somos capaces de dejar a un lado nuestros miedos podremos reflexionar sobre el momento histórico que nos ha tocado vivir y planificar un futuro mejor para nuestras empresas, nuestro trabajo y sobretodo para nuestros hijos.
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